domingo, 30 de noviembre de 2008

Lucia Serrano

Nací muchas veces
a mi hijo Leandro

Ningún remedio sanará
a un débil corazón.
Mi amor,
alma de lobo,
malabarista exiliado,
jinete desobediente,
piedra preciosa.
Impredentes brillos
en los pasatiempos.
Hacedor de palabras,
nací muchas veces,
y desde entonces sueño.

1 comentario:

Monika dijo...

El mas débil corazón, a veces es el más fuerte. El común de la gente no lo nota, pero todos renacemos continuamente.
De pocas palabras y muy fuerte, me deja pensando...
un abrazo