jueves, 15 de octubre de 2009
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Al límite
Azul del mundo,
torpe amanecer sin palabras,
caigo a tus pies,
desbordado de llanto y tristeza.
Recuerdo las tardes
donde tu labia
apuñalaba los corazones
de hembras desbocadas
y, bajo un excitante reflejo,
yacía un torbellino
imposible de describirlo entre palabras.
Noches y días
donde la aventura cercana del futuro,
era algo que se esperaba a todas horas
entre tangos y algo de alcohol.
Fue imposible sostenerlo,
cambié de vida
y es por eso,
que lo puedo contar.
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